viernes, 19 de febrero de 2016

Publicar en papel con CreateSpace

Publicar en papel con CreateSpace
Dos pensamientos rondaron mi cabeza cuando me llegó por correo electrónico la publicidad que me invitaba a publicar mis libros en papel con CreateSpace. Me acordé enseguida de un programa llamado Tengo un libro en las manos, que emitía la televisión estatal española, de dos únicos canales, durante mi infancia. Lo presentaba un señor, a mis ojos de niña, mayor y taciturno, repeinado, vestido con traje oscuro, encorbatado y con grandes gafas de pasta negra. No recuerdo si lucía ese bigote recto tan habitual de la época en los hombres públicos, pero sí permanece en mi memoria que me gustaba cómo, de pie ante las cámaras, sujetaba un libro entre las manos, lo acariciaba, pasaba sus páginas y hablaba de su contenido. De lo que explicaba, la única huella consciente que conservo es el descubrimiento de la palabra ‘ordalía’ y los horrores que podía ocasionar: la aprendí en la pequeña representación teatral que seguía a la presentación de un libro, cuyo nombre he olvidado, de la cual me impresionó el triste destino padecido por un joven enamorado de la hija del rey a quien arrojaban a un río helado de las tierras nórdicas para que probara su inocencia ante el robo de un clavo de hierro que formaba parte del tesoro real.

Pensé a continuación en «El arte nuevo de hacer libros», el largo artículo escrito por Ulises Carrión, hace ya tantos años, en la revista Plural (núm. 4, México, 1975) y, al releer sus palabras, las encontré más vigentes que nunca: 

En el arte viejo el escritor se cree inocente del libro real. Él escribe el texto. El resto lo hacen los lacayos, los artesanos, los obreros, los otros.
En el arte nuevo la escritura del texto es solo el primer eslabón en la cadena que va del escritor al lector. En el arte nuevo el escritor asume la responsabilidad del proceso entero.
En el arte viejo el escritor escribe textos.
En el arte nuevo el escritor hace libros.

Yo escribo textos y ayudo a crear libros. Es parte del oficio que elegí desde los días universitarios, y CreateSpace me estaba ofreciendo la oportunidad de hacer mi propio libro en papel, de responsabilizarme del proceso completo. Parecía brindarme las artes para, esta vez, no ser yo la lacaya, la artesana, la obrera que trabaja para otros. Sin embargo, no podía resultar tan fácil como lo pintaba: por sistematizado que estuviera el procedimiento, editar en papel no es tarea sencilla; lo sé por experiencia. ¿Era posible realmente obtener una buena edición con CreateSpace sin recurrir a su servicio de pago?

 Al igual que cuando me planteé, hace casi cuatro años, publicar mis novelas digitales con Amazon, lo primero que hice fue investigar en internet, recopilar información y  leer artículos al respecto; solo después resolví probar la plataforma de edición en papel. Sin duda, es sencillo darse de alta en CreateSpace y seguir los pasos sucesivos hasta llegar al momento de mandar por internet el archivo del libro que se desea publicar. No obstante, llegado ese punto, conviene hacer un alto para reflexionar y tomar las decisiones oportunas. Es evidente que no se conseguirá una edición profesional si no se actúa como lo haría una buena editorial, preparando con cuidado el manuscrito y la cubierta, además de vigilar todas las etapas del proceso de publicación.  

Huelga decir que es condición necesaria (aunque no suficiente, como demostraré) disponer de un original (el archivo de nuestra obra) limpio y corregido en el que no haya errores ortográficos ni sintácticos. Además, en su configuración física el original debe ceñirse a la habitual de los libros impresos. Las pautas son las siguientes:         

·         Dos primeras páginas en blanco (una hoja por las dos caras), que son las llamadas hoja de cortesía o de respeto.
·         Página de portadilla o anteportada, donde aparece solo el título del libro (impar).
·         Página de derechos, donde aparecen todos los datos del libro (par).
·         Página de portada, con el título del libro y el nombre de la autora (impar).
·         Página siguiente en blanco.
·         Página de dedicatoria, si  hubiera (impar).
·         Página siguiente en blanco.
·         Texto del libro. Pueden ser los agradecimientos, el prólogo, la introducción o el primer capítulo (es la primera página que se numera y tiene que ser impar; para la numeración cuentan todas las páginas en blanco).
·         Al final, el índice (en página impar y numerada). También se puede situar al comienzo, a continuación de la página de dedicatoria.
·         Una o dos hojas de cortesía.

Para publicar con CreateSpace, la cubierta debe ajustarse a sus especificaciones establecidas. Como en este caso no tiene solapas, en la contracubierta, a la presentación del libro se debe añadir la de la autora, así como su foto, si se desea. Aprovecho para hacer un inciso y señalar un error frecuente: la confusión de ‘portada’ con ‘cubierta’ en el libro físico. Cuando las hojas de pergamino o de papel comenzaron a plegarse para formar un cuadernillo en cuarto, octavo u otra fracción más pequeña, y luego se cosieron o pegaron los diversos cuadernillos que constituían una obra, nació el libro más o menos como lo conocemos en la actualidad. Pero los primeros no llevaban cubiertas, esto es, las tapas protectoras, más duras que el resto de las hojas: comenzaban por la misma portada, motivo por el cual  muchas se deterioraron y perdieron.

La portada del libro actual ―donde se consigna el nombre de la obra, de la autora y de la editorial― va precedida por la página de derechos y una portadilla ―donde aparece solo el título de la obra: es la página que se suele emplear para escribir las dedicatorias a mano cuando así se requiere―, y esta, a su vez, va precedida por las hojas de cortesía o respeto. Las cubiertas, donde se ilustra con imágenes el contenido del libro, también reciben el nombre de ‘tapas’ y ‘forros’; la parte posterior de la cubierta es la ‘contracubierta’, ‘cuarta de cubierta’ o ‘cuarta de forro’. El ‘explicit’ o ‘colofón’  también era años atrás una parte fundamental del libro: la hoja impar final antes de la tapa o contracubierta donde se especificaban los detalles de la publicación. En la actualidad, solo algunos llevan colofón, y en él se suele indicar quién imprimió el libro, dónde y con qué tipos de imprenta.

Crear la cubierta para mi libro en papel no fue complicado. Quería conservar la portada que me había hecho Lola Menéndez Rodríguez para la edición digital (en los libros digitales, no hay que hacer distinción entre cubierta y portada, como es obvio), así que contraté a Alexia Jorques para que la adaptara, añadiera el lomo y una contracubierta con el texto explicativo de la novela y mis datos sobre un fondo del mismo grabado antiguo de Sevilla que se había utilizado para la primera portada digital. Tras algunos retoques, el resultado fue muy bueno.

El trabajo de maquetación y publicación de la novela fue mucho más complicado. CreateSpace admite archivos en Word y en formato PDF. Pero vayamos por partes: en primer lugar, se debe seleccionar el tamaño de libro publicado que mejor se adapte a nuestro original. Ello significa, en pocas palabras, que el número de páginas determinará el tamaño. Como mi novela superaba las 500 páginas, elegí un tamaño grande (6" x 9"; es decir, 5,24 x 22,86 cm); también decidí suprimir los encabezados de las páginas, que tienen sentido, sobre todo, cuando en un libro hay varios autores y diversos artículos (los encabezados, distintos según correspondan a página par o impar, señalan unos u otros). Las obras de ficción extensas no suelen llevar encabezados y también está permitido, en aras de ahorrar papel, que los capítulos comiencen en la página donde buenamente caigan y no siempre en impar, como es habitual en el resto de los libros. Yo me decidí por esta composición a fin de que el precio de venta final no se disparara (CreateSpace obliga a establecer un precio dentro de unos márgenes mínimos que no se pueden traspasar).

Asimismo, CreateSpace proporciona unas plantillas para maquetar los libros. Yo las utilicé y mandé mi archivo Word ajustado a ellas. Pero una vez finalizado el proceso de elaboración informatizado, el resultado que me mostró su visualizador digital fue decepcionante. CreateSpace convierte a PDF el archivo en Word que se le envía y, al hacerlo, surgen fallos que no se pueden controlar. Al revisar las páginas de mi futura novela impresa, encontré multitud de errores que había que solucionar: por citar solo los más graves, la gestión del espacio en las páginas no era equilibrada; había páginas finales de capítulo con dos o tres líneas; y el número de líneas no era el mismo en todas las páginas (sin incluir las finales de capítulo). Yo sé detectar los errores de maquetación porque es parte de mi oficio de editora, pero nunca he maquetado yo misma y, por tanto, desconozco cómo corregir los fallos que suelo marcar para que otros se ocupen de subsanarlos. Antes de tomar decisiones, pedí una prueba de edición a CreateSpace para revisar en papel físico mi novela.

Tardó muy poco en llegar porque la ordené por envío urgente. Y mi conclusión fue la siguiente: todos los elementos de las cubiertas estaban perfectos, y el acabado en brillo era de calidad. En cuanto al interior del libro, la impresión era excelente; el papel crema, de buen gramaje… pero, ay, la macha de la página era irregular en sus espacios y los defectos que había detectado en la revisión digital quedaban más que patentes en la prueba física. Era evidente que necesitaba una maquetadora experimentada, así que me puse en contacto con Mariana Eguaras, cuyo magnífico blog sobre edición había consultado muchas veces, y la contraté tras explicarle mis problemas. Ella hizo un trabajo profesional: entendió mis cuitas, corrigió todos los defectos que yo había encontrado y me proporcionó en un tiempo más que razonable un PDF con calidad de impresión (PDF/X) para enviar a CreateSpace.  

Por si sirve de ayuda, especifico a continuación los criterios que se han de tener en cuenta en la composición de una página impresa:
  
·         Ninguna página ha de comenzar por una línea corta; esto es, por una línea que no ocupe por completo el espacio del margen izquierdo al derecho de la página. A la línea corta con la que termina un párrafo, si aparece al comienzo de una página o columna, se la denomina línea viuda. (Recuérdese que, en los diálogos, las líneas de comienzo de parlamento, sean cortas o largas, no cuentan a estos efectos).
  
·         También han de evitarse las líneas huérfanas; esto es, la primera línea de un párrafo que queda situada al final de una página o de una columna, separada del resto del párrafo o columna, que van en la página siguiente. Los procesadores de texto cuentan con una función automática para evitar las líneas viudas y huérfanas: esta es la causa de que las páginas resultantes no tengan nunca el mismo tamaño de caja tipográfica; esto es: varía el número de líneas y el margen inferior. Por tanto, los archivos Word creados de ese modo pasarán a formato PDF con ese mismo problema y no serán aptos para impresión. Sin embargo, CreateSpace no detecta este fallo y los da por válidos, por lo cual la publicación no tiene un acabado profesional.

·         El espacio de separación entre palabras ha de ser homogéneo. Para ello, ha de habilitarse en el procesador de textos la partición de palabras a final de línea, comprobando que se respetan las reglas que existen al respecto (pueden consultarse en «Ortografía IV. La división de las palabras»). De este modo desaparecerán las llamadas calles o ríos que tanto afean las impresiones poco profesionales.

·         Deben evitarse más de tres divisiones de palabras seguidas a final de renglón y no se permitirán dos seguidas idénticas (por ejemplo: cami-nado; desayu-nado).

·         La última línea de un párrafo ha de tener más de cinco letras (o caracteres), aparte del signo de puntuación que corresponda. La inferior a dicho tamaño se denomina ladrona en tipografía y, por lo general, se gana (pero también se puede alargar, añadiendo alguna palabra, según convenga).

·         Ningún capítulo terminará en una página con menos de cuatro líneas (lo ideal es que incluso tenga más). Para conseguirlo, se dobla alguna línea, añadiendo las palabras necesarias, o se ganan otras, suprimiendo algunas palabras.

Una vez finalizado el proceso de revisión del PDF/X junto con Mariana Eguaras, lo envié a CreateSpace, comprobé el resultado en el visor digital y, como esta vez no encontré sorpresas desagradables, di el «tírese», lo que en la edición clásica significa autorizar la impresión. Después, en poco tiempo, tuve el libro en las manos. Mi novela en papel, cuando yo había previsto que ya solo sería escritora digital… Las pasadas navidades me di el gusto de regalarla a mi familia y amigos, y he de reconocer que son muchos más los que la están leyendo que cuando estaba solo en versión digital. Incluso se vende en una librería de Alcalá de Henares donde la llevó mi pareja (yo soy muy apocada para esas cosas).

He de decir que estoy contenta. Seguiré regalando mi novela a mis conocidos que deseen leerla y puede que alguien incluso la compre. Tal vez publique alguna otra del mismo modo. Por hoy termino con algunos versos de Lope de Vega tomados de su ensayo en verso Arte nuevo de hacer comedias en este tiempo, que leyó como discurso ante la Academia de Madrid en 1609:

Sustento, en fin, lo que escribí, y conozco
que, aunque fueran mejor de otra manera,
no tuvieran el gusto que han tenido,
porque a veces lo que es contra lo justo
por la misma razón deleita el gusto. 

Agradecimientos


Librería Diógenes, Alcalá de Henares
La preciosa cubierta de mi novela La historia escrita en el cielo es obra de Lola Menéndez Rodríguez y Alexia Jorques (info.alexiajorques@gmail.com).

Mariana Eguaras (http://marianaeguaras.com/) se esmeró en la maquetación de mi novela, que ahora es  La historia escrita en el cielo con papel.

Gracias a ambas, el regreso a las páginas que se pasan con el dedo y se pueden abanicar ha sido una grata experiencia (que tal vez repetiré). CreateSpace es una compañia editorial de Amazon. Sus libros se venden tanto en CreateSpace como en Amazon. También en otras librerías asociadas.







  La lengua destrabada
Si te interesan los asuntos de lengua y escritura, te invito a leer La lengua destrabada. Manual de escritura, publicado por Marcial Pons (Madrid, 2017). Clica en este enlace para entrar en la página de la editorial, donde encontrarás la presentación del libro y este pdf, que recoge las páginas preliminares, el índice y la introducción completa.